RESEÑA

miércoles, 9 de febrero de 2011


De esas curiosidades por conocer más sobre Colombia me leí el libro Reportaje de la historia de Colombia donde se encuentran, como lo dice el libro, “158 documentos y relatos de testigos presenciales sobre hechos ocurridos en 5 siglos” que en su momento fueron noticia y que ya hacen la historia de nuestro país.
Quien se dedicó a la labor de adjuntar la información fue el historiador Jorge Orlando Melo en compañía de Alonso Valencia llano, asistente de investigación. En el libro encuentras acontecimientos como: SUCESOS DE LA REBELIÓN DEL GENERAL MOSQUERA,CÓMO FUE EL TERREMOTO DE CÚCUTA, LA GUERRA CIVIL DE 1876, BAILES Y FIESTAS DEL SIGLO XIX, LA GUERRA DE LOS MIL DÍAS; ASESINATO DE RAFAEL URIBE URIBE, LA HUELGA DE LAS BANANERAS, EL GOLPE DE PASTO, EL DERROCAMIENTO DE LAUREANO GÓMEZ, LA TOMA DEL PALACIO DE JUSTICIA, LOS CICLISTAS EN COLOMBIA Y EN FRANCIA. Y por último del que va tratar este escrito LAS TRAGEDIAS DE ARMERO.

Este fragmento del libro nos deja ver la tragedia de la avalancha de 1845 en Armero. Es el testimonio del periodista Tolimense Germán Santamaría, narra lo que vivió, la desesperación de muchos de sus colegas que estaban allí con él viendo lo poco que quedó. El relato se hace familiar porque describe lo que conoció de Armero, cada cosa que existía y hacía parte de este lugar logrando contextualizar al lector. “Conocí este pueblo, he vivido en él, he dormido aquí, sé de sus calles y sus parques. Y porque lo conozco, en este momento, desde lo que fuera la terraza del hospital, compruebo que el pueblo fue borrado de la faz de la tierra…”.
A demás de relatar su experiencia como testigo presencial, logra rescatar una historia alentadora de todo el drama humano que allí se vivió. Germán estuvo con Omayra, la niña que hoy es un “símbolo” de la tragedia. Él fue uno de los que viajó a Bogotá para conseguir la motobomba, pero el sábado que regresó ya era demasiado tarde, Omayra había fallecido. Pero a pocos kilómetros del cadáver, hubo un nacimiento.
Una mujer medio sepultada en el barro estaba a punto de dar a luz y era necesaria la motobomba. Ésa que llegó tarde para salvar a Omayra. Y así rescataron a la madre e hija, que por las circunstancia del nacimiento la llamaron Consuelo.
“Entonces lentamente fue emergiendo del fango el vientre hermoso de Carmen Cecilia, con sus ocho meses de embarazo. Más tarde le pudieron liberar una pierna y después la otra. Y vino el momento dramático en que se pudo sacar a toda la mujer.
“No siento el niño”, dijo ella cuando se sintió libre. La colocaron sobre una camilla y allí los médicos procedieron a realizar la cesárea. Fueron minutos dramáticos, de suspenso. Así como horas antes habíamos esperado con angustia la muerte de Omayra, ahora esperábamos con la misma angustia el nacimiento de un ser humano. “Que se llame Esperanza”, gritaron unos. “No Consuelo”, respondieron otros en coro. “Consuelo”, dijo la madre con palabras que salían por entre el fango que estaba en su boca.”.
La literatura es el arte que utiliza la palabra. Y éste periodista logra a través de lo escrito contraer emociones. La tristeza e impotencia por la vida que se fue; y la alegría de saber que con esa motobomba se pudo salvar una nueva vida.
La historia de la bebé Consuelo, es un claro ejemplo de que hay más historias por rescatar; a lo que me refiero es que Colombia es un país al que tienen acostumbrado a vivir del pasado. A esas noticias que son noticias por tres días, en donde analizan lo que pudo haber sido si -Según el medio de comunicación-...
Por qué cada año para recordar la tragedia de Armero la titulan, esos medios de comunicación, “Reviviendo la tragedia”, que como su título lo indica es lo mismo, la historia que ya conocemos. El mismo dolor, la misma trágica escena donde "Reviven la tragedia" -así suene redundante- en cada familia que sufrió las consecuencias.
Por eso a Omayra los medios la convirtieron en un símbolo. Pero por qué no buscar qué es de la bebé, la que logró dar consuelo a los socorristas, periodistas, médicos, y por supuesto, a su madre después de tanta angustia.
La noticia en este caso es lo que es hoy en día Armero. Las familias que lograron reconstruir sus hogares, que recuerdan lo que pasó con una voz de aliento porque superaron las pérdidas materiales. Esas son las historias para rescatar los periodistas. Soy testigo -por lo que he escuchado- del cansancio de la gente viendo noticieros: “ya queman las noticias” “Están en lo mismo de ayer”, es una de las muchas expresiones que utilizan para calificar el contenido de los noticieros.

Todo tiene su historia. Rescatarlas y contarlas de manera que capture la atención del oyente, el televidente y el espectador es la labor de un periodista; y principalmente en casos como éste donde se viven circunstancias desconsoladores.

1 comentarios:

JENNPO dijo...

Es la reseña de un libro, muy interesante, Reportaje de la historia de Colombia.

Publicar un comentario

 
Design by Pocket Blogger Templates