PUBLICIDAD: SENTIMIENTOS, FANTASÍAS Y REALIDADES.

jueves, 15 de octubre de 2009

Para empezar es importante recordar que hacia el año 480 a.c en la Antigua Grecia aparecieron los primeros medios de propaganda. Desde entonces el ser humano además de ser él creador de la publicidad es el principal medio para vender el objeto, servicio o sentimiento.
Por eso es que la publicidad maneja una buena aplicación de conocimientos psicológicos y de la difusión de la T.V como el medio dominante.
El ser humano, quién es la imagen y portador del mensaje para convencer al consumidor utiliza estrategias –que hasta ahora han funcionado- como vender un sentimiento, fantasía o un encuentro, primero que el producto.


Por ejemplo la publicidad sabe llegarle al público cuando ofrece una situación conmovedora, que juega con lo sentimental y que va ligado con lo psicológico; entonces a la hora de vender el agua oasis, están convenciendo a través de una solidaridad ciudadana para ayudar a los niños más necesitados del país.


Algo parecido pasa en el momento del comercial de aguardiente Antioqueño, con el logo “pa’ las que sea”, éste invita con el mensaje, no precisamente a que se compre el trago, sino a que se aproveche los momentos que éste ofrece para compartir con los demás.
Entonces se está consumiendo ideales y satis-factores a unas necesidades sociales e individuales. ¿Pero qué pasa con los que adquieren productos, tal vez sin conciencia o certeza de este producto?. Se dejan llevar por una imagen o contenido con cierto grado de fantasía; primero me voy a referir a las palabras de William Ospina en el canto de las sirenas, “la publicidad es uno de los lenguajes más autoritarios que existen. El imperativo de todos los verbos pulula en sus mensajes. Compre, vaya, lleve, use, tenga siempre, aproveche, decídase, no olvide, recuerde, tome, disfrute: y todos significan lo mismo: obedezca.”.
En segunda instancia nos venden modelos de vida por medio de personas o situaciones particulares. Por ejemplo para promocionar una crema dental, aparece el dentista con una sonrisa excepcional; o en los comerciales que sale la modelo con un cabello muy bien cuidado. Imágenes- tal vez editadas- que traen efectos secundarios que causarán en el cliente; y que allí es donde el consumidor se hace preguntas como: ¿por qué no me queda la dentadura así de blanca?, ¿Por qué a mi cabello no le quedan esos risos como los de la modelo?. Procedencias del mal consumo de lo material y lo visible.


Por otra parte también existen las publicidades de conciencia social que van contra la violencia intrafamiliar, secuestros, anorexias, enfermedades de trasmisión sexual, entre muchas otras. Que muestran realidades de nuestro país, pero que el ciudadano, en este caso, hay sí cree que aquí no se viven.
Entonces allí es donde se debe empezar a diferenciar ambos contextos, el de la publicidad con el de la vida cotidiana para aprender a asumir ambas situaciones, principalmente la que habitamos y el contexto en el que pertenecemos, el de realidades para ser mejores consumidores.

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